La selección sonorense, que dicho sea de paso estaba conformada en su mayoría por jugadores de Hermosillo, fue integrada por: Luis Manuel Arvizu, Tomás Meraz, Humberto Briseño, Alfonso Zepeda, Aarón Gamal, Juan Manuel Aguiar, Pedro “Chacho” Ramos (qué forma de cabecear), Sergio Chávez, Jorge Eduardo Borbón, Rafael Acuña, Sergio Sánchez, Marco Antonio “Flaco” Hernández, Ignacio Guerra, Carlos Zataráin, José Ramón “Mapache” Hernández, Manuel Muñoz (excelente tiro de media y larga distancia), Manuel Aguirre, Salim Gattaz, Mario Ríos y Francisco Javier Acuña, todos ellos dirigidos por el profesor Jesús Rubio Tovar y sus auxiliares Andrés Salazar y Manuel Vázquez.
Ya en el torneo, el cuadro sonorense se encontró con equipos como Hidalgo con quienes empató en el primer partido a dos goles con anotaciones de Ignacio Guerra, que a la postre fue el campeón goleador; también se tuvo que enfrentar al local y en ese partido estaba obligado a ganar para seguir adelante, lo cual logró con goles de Ángel Ruiz y Rafael Acuña. Ya con la calificación asegurada los sonorenses tendrían que esperar para conocer a sus próximos contrincantes los cuales resultaron ser Durango, Morelos y el que fue su victimario y causante de que un año antes no se pudieran quedar con el título el fuerte equipo de Jalisco, en ese entonces la segunda etapa de los torneos nacionales se jugaban a todos contra todos, por lo que Sonora se tendría que medir a los estados ya mencionados.
La segunda ronda inició y Sonora logró la venganza deportiva que tanto había esperado, derrotó al equipo de Jalisco 3-1 con goles de Rafael “Cheyel” Acuña, Francisco Javier “Jícamas” Acuña y Salim Gattaz; el segundo partido fue contra el fuerte equipo de Morelos, a quienes lograron vencer 2-1 con tantos de Ignacio Guerra, el último partido prácticamente era una final para los sonorenses porque de ganar ya nadie le quitaría el honor de ser CAMPEÓN NACIONAL, de lo contrario tendrían que esperar el otro resultado para saber quién sería el monarca del torneo, el partido era contra los duranguenses, a quienes lograron vencer en un partido de toma y daca 3-2 con anotaciones de Salim Gattaz, Francisco Javier Acuña y Rafael Acuña, este último gol cuando ya se vislumbraba el final del partido.
Fue toda una noticia en la capital sonorense: ”Hay que recibirlos como se merecen”, decía EL IMPARCIAL en su Sección Deportiva; en un viaje muy cansado llegaron los campeones y fueron recibidos como héroes, los aficionados y familiares se aglomeraron en la entrada Sur de Hermosillo, a su llegada fueron subidos a una bombera y desfilaron por las calles de Hermosillo, entre ellas por el bulevar Transversal, la Matamoros y la Serdán, los jugadores brincaban de júbilo ante un recibimiento que no se esperaban, Tomás Meraz declaró en ese entonces “nunca creí que nos fueran a recibir así en Hermosillo”, Manuel Aguirre dijo “a ver si así le tienen consideración al futbol”, creo yo que refiriéndose a las condiciones de los campos de futbol de aquellos años, con decirles que ni con un estadio contaban.
Molina Ruibal, después de ese campeonato y en nombre del gobernador Alejandro Carrillo Marcor prometió un estadio aunque le quedaba muy poco tiempo en la silla.
Sin duda y sin temor a equivocarme esta generación de futbolistas fueron el parteaguas para que el futbol en nuestra ciudad y en nuestro Estado creciera, se desarrollara y de paso se construyeran lo que fueron, significaron y significan escenarios como el casi desaparecido (cuando menos en condiciones) estadio de la Apolo y el que es hasta ahorita “catedral del futbol”, el “Héroe de Nacozari”… Gracias jóvenes.
Cualquier duda o aclaración favor de enviarla a oropezapremier@hotmail.com
*El autor es contador público y abogado de profesión y ex presidente de la Liga Central de Futbol.
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