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lunes, 8 de febrero de 2010

¡¡¡¡¡"CUAUHTÉMOC, FÍRMAME....!!!!!

"JORGE EDUARDO RAMÍREZ MARÍN ENTRÓ AL CAMPO DE JUEGO"
"El joven entró al terreno de juego con un marcador en su mano derecha.
Por Michel Inzunza.
-Cuauhtémoc, Cuauhtémoc, fírmame, por favor-.

-No chingues mijito, estamos jugando-, fue lo único que el delantero de la Selección Mexicana le dijo al joven que se brincó la cerca e ingresó al campo de estadio Héroe de Nacozari para depirle un autógrafo a su ídolo, quien con su visita a Hermosillo con los Tiburones Rojo de Veracruz, provocó el lleno en el inmueble de los Guerreros.
"El guardameta de Guerreros lo distrajo."
Jorge Eduardo Ramírez Marín estaba resignado a nunca ver a Cuauhtémoc Blanco en persona, por eso cuando supo qué “El Cuau” jugaría contra “Guerreros de Hermosillo” en el estadio Héroe de Nacozari, no dudó ni un instante en conseguir un autógrafo de su ídolo a como diera lugar.

El pasado sábado por la noche, Ramírez Marín y un grupo de amigos de él se juntaron en la casa del “Toto” para ir al estadio a disfrutar del juego, desde ese momento Jorge Eduardo ya tenía planeado burlar la seguridad y brincarse a la cancha de juego.




Una vez que él y sus amigos estuvieron en el Héroe de Nacozari, esperaron a la hermana del “Toto” para que les diera los boletos, Ramírez Marín, pensando que Cuauhtémoc daría autógrafos, se preparó con un marcador y la playera de su equipo favorito: el América Había pasado ya el primer tiempo y Jorge Eduardo ya tenía vista la forma de llegar a Cuauhtémoc Blanco, pero este aún se encontraba muy lejos del lugar donde su fan número 1 se encontraba sentado, “No te vas a brincar, ya lo hubieras hecho”, le decían sus amigos.

"Y Jorge Eduardo salió sin problema"
Jorge Eduardo se empezó a preparar para cumplir su objetivo, obtener la fi rma de Cuauhtémoc. Lo primero que hizo fue quitarse el suéter y dárselo junto con su teléfono a Álan, uno más de sus amigos que lo acompañaba.

Por fi n el seleccionado nacional se colocaba cerca de Jorge Eduardo.

Cuando el árbitro anunció los tres últimos minutos del encuentro, el joven de 17 años saltó desde las gradas que se encuentran a una altura de tres o cuatro metros hasta la fosa que está alrededor del estadio sin percatarse si lo seguía algún elemento de seguridad.
"El inspector autoridad lo guió fuera de la cancha."
Cuando Jorge Eduardo se dio cuenta que ya estaba dentro de la cancha corrió hacia Cuauhtémoc para pedirle un autógrafo.

“Cuauhtémoc, Cuauhtémoc, fírmame, por favor, Cuauhtémoc”, a lo que el astro del futbol mexicano contestó: “No chingues mijito, estamos jugando”, Jorge Eduardo seguía insistiendo, pero el portero de Guerreros de Hermosillo lo distrajo y en ese momento “El Cuau” se alejó de él.
"Lo llevaban fuera para detenerlo"
Inmediatamente el árbitro, junto con el inspector de la Federación detuvieron el juego unos segundos, para cerciorarse que el ex americanista no había sufrido algún ataque, mientras que a Jorge Eduardo se lo llevaban detenido unos instantes.

Cuando el atrevido seguidor de Cuauhtémoc abandonó el campo la gente lo despidió calurosamente. “Eso fue lo mejor, fue como estar en el Azteca o en la Champions League”, expresó.

De allí lo llevaron a un rincón donde elementos de la policía municipal lo cuestionaban, mientras que otros le preguntaban por la reacción que Cuauhtémoc había tenido.
"La gente lo despidió con aplausos"
“Vas a dormir unas horas en la norte o en la centro”, le decía uno de los policías que estaba vigilándolo. Jorge Eduardo imaginó que sus padres tendrían que pagar una multa de 5 a 10 mil pesos por él, pero no fue así, instantes más tarde lo dejaron ir.

Jorge Eduardo cumplió su sueño, ver a unos pasos de distancia e inclusive tomar del brazo a Cuauhtémoc, pero afi rma que no lo volvería a hacer, pues esta vez si iría a la cárcel, así se lo advirtió la policía.

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